Cruzar los Pirineos por un hogar: la Transpirenaica solidaria de Marco e Ilde

¿Qué pasa cuando el deporte se convierte en altavoz para dar voz a los invisibles?
La respuesta la tienen Marco e Ilde, una pareja que este verano decidió unir su amor por la montaña con su compromiso social y emprender un reto tan físico como humano: recorrer a pie la Transpirenaica para apoyar a la Fundación Lázaro.

Más de 970 kilómetros. 55.000 metros de desnivel positivo. 37 días caminando de oeste a este, del Cantábrico al Mediterráneo.
Pero lo verdaderamente épico no fue el paisaje. Fue el propósito.

¿Cómo fue el reto?

El reto deportivo solidario en el que Marco e Ilde consistió en recorrer todo el GR10 —la ruta que cruza los Pirineos de lado a lado— para dar visibilidad a las personas que han vivido en situación de calle y apoyar los hogares Lázaro, donde hoy muchas de ellas reconstruyen su vida en comunidad.

Su objetivo fue simbólico y potente:
Recaudar 55.000 € —un euro por cada metro de desnivel positivo— para seguir abriendo hogares Lázaro.

No fue una carrera. No fue turismo.
Fue una caminata para contar historias que no siempre se ven, pero que importan.

Lo que vivieron: esfuerzo, belleza y sentido

Durante más de un mes, Marco e Ilde caminaron en autosuficiencia, acampando en la montaña, cruzando pueblos y valles, superando la fatiga, el dolor físico, el frío, las lluvias… y también dejándose sorprender por la belleza del camino.

Nos contaron que hubo días durísimos:

“Me dolían los pies, los tobillos, el cuerpo entero… y pensaba en quienes no tienen un lugar donde descansar cada noche.”

La experiencia les permitió empatizar de forma muy concreta con la fragilidad de no tener un hogar. La montaña, en ese sentido, se convirtió en espejo.
Y también en símbolo: porque en la vida, como en la montaña, salir adelante sin apoyo es casi imposible.

Una comunidad que caminó junto con ellos

Una de las cosas más bonitas que dejaron esos días fue el grupo de WhatsApp, donde cientos de personas siguieron su aventura en directo. A través de mensajes, fotos y audios, Marco e Ilde compartieron el camino… y recibieron también el cariño y ánimo de los compis de piso que viven en Lázaro, así como de amigos y familiares.

No faltaron los mensajes de compañeros de piso, voluntarios, amigos y personas que se sintieron inspiradas por la causa.

La Transpirenaica solidaria de Marco e Ilde no ha sido solo una hazaña deportiva. Es un recordatorio de que el deporte puede ser un puente, una herramienta para contar historias, para implicar a otros, para mirar más allá de uno mismo.

Caminar puede ser más que caminar.
Puede ser una forma de decir: “Tú importas. Tu historia merece ser contada. No estás solo.”

El reencuentro

Pocos días después de su llegada, organizamos una cena muy especial en el hogares Lázaro de Madrid. Allí, Marco e Ilde compartieron mesa con varios compañeros de piso, voluntarios y algunas de las personas que apoyaron su reto solidario con donativos.

Durante la cena, quisimos hacerles un pequeño regalo en nombre de todo Lázaro: un retrato de ellos caminando por los Pirineos, dibujado con cariño por Iván, uno de los compañeros de piso que siguió su aventura día a día.

¿Y ahora?

Marco e Ilde ya llegaron al Mediterráneo. Terminó su travesía, pero la misión de Lázaro continúa.

Desde Lázaro, seguimos construyendo hogares y acompañando a personas que quieren empezar de nuevo. Y ahora, gracias a esta aventura, más gente conoce lo que hacemos, y se siente parte.

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