Si me hubieran dicho hace un par de años que acabaría sacándome la ESO… me habría costado creérmelo, porque las matemáticas y yo nunca fuimos amigos. Siempre se me atragantaban y pensaba: “esto no es para mí”. Pero mira… aquí estoy, con el título bajo el brazo.

Cuando llegué a Lázaro estaba bastante solo. Vivía en un sitio donde apenas tenía a nadie con quien hablar, y era como que… me faltaba algo. Y aquí lo encontré. Fue como respirar hondo por primera vez en mucho tiempo. Llegar a Lázaro fue liberador. De repente tenía una familia: gente buena, cariño, risas… y también el empujón que necesitaba para ponerme en serio con los estudios.

Inma, del equipo de Lázaro, me ayudó a buscar apoyo y aparecieron Pedro y Jorge, dos amigos del hogar Lázaro de Madrid. Pedro es un crack: simpatiquísimo, siempre con una broma a punto. Jorge es más tranquilo, más de fijarse en los detalles… pero igual de entregado. Entre los dos me ayudaron muchísimo: me explicaban, me organizaban, me devolvieron la confianza.

También en los compis de piso del hogar encontré un gran apoyo, sobre todo con Lía y Luli, del piso de chicas. Qué decir de ellas… unas joyas. Les conté que quería sacarme la ESO y se implicaron un montón: me animaban, me ayudaban cuando estaba atascado, y lo hacían todo con una sonrisa. En mi piso también conté con la ayuda de Ramón, que me echó una mano alguna vez para estudiar, y de Miguel, que estuvo conmigo en momentos clave, como el día que me dieron la noticia de que había aprobado. Recuerdo ese día perfectamente: había ido a Alcalá de Henares y estaba de los nervios esperando la nota. Cuando me dijeron que había aprobado… ¡buf! Me quité un peso enorme de encima. Y claro, lo celebramos como se merece: con una fideuá que preparó Miguel (experto cocinero, por cierto) y rodeado de los amigos y compis del hogar. Fue una fiesta sencilla, pero llena de alegría.

Ahora sigo estudiando un certificado de profesionalidad en administración y gestión, y me gustaría seguir con un grado medio… quién sabe. Ahora tengo las cosas claras y mucha ilusión.

Solo puedo dar gracias: a Dios y a toda la familia de Lázaro, porque aquí he aprendido que no hay imposibles y la importancia de tener gente que te quiere cerca.

  • Pablo, compañero de piso del Hogar de Madrid
Únete a nosotros

Hogar de Pamplona

Puede ponerse en contacto directamente con los administradores del hogar

Hogar de Pamplona


Hogar de El Puerto de Santa María

Puede ponerse en contacto directamente con los administradores del hogar

Hogar de El Puerto de Santa María


Hogar de Madrid

Hombres

8

Mujeres

7

Estudios

2

Puede ponerse en contacto directamente con los administradores del hogar

Inés y Jorge

madrid1@fundacionlazaro.es
Calle de Luis Larrainza, 46a, Chamartín, 28002 Madrid

Hogar de Barcelona

8

Mujeres

10

Hombres

1

Estudio

Puede ponerse en contacto directamente con los administradores del hogar

Aurora y Andrés

barcelona1@fundacionlazaro.es
Carrer de Mercè Rodoreda, 7