Ginebra necesitaba a Lázaro para responder a la soledad de quienes viven en la calle

¡Es increíble pensar que de una simple intuición pueda nacer un proyecto tan concreto! Han pasado tres años desde que contacté con Lázaro para abrir hogares donde conviven personas que han vivido en la calle y jóvenes profesionales. Tres años son mucho tiempo, y a veces pensamos que nunca llegaría a hacerse realidad.
Pero cada vez que estuvimos tentados de bajar los brazos, una nueva encuentro confirmaba que Ginebra necesitaba este proyecto.
La casa abrió el pasado septiembre: ¡es una alegría inmensa!
En Ginebra, las personas sin hogar suelen ser atendidas por distintas estructuras, pero lo que permanece es una enorme soledad. Pensé que Lázaro era el proyecto ideal para dar respuesta a esa necesidad.
También quería que las personas que ayudan puedan vivir un verdadero encuentro con quienes reciben la ayuda.
Que no se quede en un simple apoyo económico, sino que sea una experiencia real de encuentro. Quería que no estuvieran siempre entre ellos, marginados. Otros compartieron la misma intuición que yo y me pusieron en contacto con Sibylle, de Lázaro.
Hoy este proyecto ve por fin la luz, pero no podrá seguir adelante sin vosotros.